La maternidad a los 40 años ha experimentado una notable transformación en las últimas décadas. Aunque la elección de ser madre en esta etapa de la vida es personal y empoderada, sigue estando rodeado de varios aspectos silenciados que merecen ser puestos sobre la mesa. Si bien es una decisión cada vez más común entre las mujeres, las narrativas sociales y culturales continúan desafiando a las madres mayores a enfrentar una multiplicidad de juicios y expectativas. Es aquí donde las políticas laborales y la infraestructura de apoyo juegan un papel fundamental para garantizar que las madres, sin importar su edad, puedan equilibrar con el éxito su vida profesional y familiar.
𝗘𝗹 𝗱𝗲𝘀𝗮𝗳í𝗼 𝗱𝗲 𝗹𝗮 𝗽𝗲𝗿𝗰𝗲𝗽𝗰𝗶𝗼́𝗻 𝘀𝗼𝗰𝗶𝗮𝗹
A pesar de que las mujeres mayores de 40 años que eligen ser madres lo hacen con más experiencia y seguridad, la sociedad aún carga con la etiqueta de «maternidad tardía». En muchos casos, esto lleva a las mujeres a enfrentarse a presiones externas sobre su salud, su capacidad para ser madres «óptimas» o sobre los desafíos que la edad podría implicar para criar hijos pequeños. La percepción cultural, aunque cada vez más aceptada, aún guarda ciertos prejuicios en torno a lo que se considera «la edad apropiada para ser madre».
Estas madres suelen contar con mayor estabilidad emocional, financiera y laboral, lo que les otorga un nivel de madurez que puede ser altamente beneficioso en el ejercicio de la maternidad. A pesar de ello, la falta de un espacio libre de juicios, tanto social como laboral, persiste como un obstáculo importante para muchas.
𝗜𝗺𝗽𝗮𝗰𝘁𝗼 𝗲𝗻 𝗹𝗮𝘀 𝗽𝗼𝗹í𝘁𝗶𝗰𝗮𝘀 𝗹𝗮𝗯𝗼𝗿𝗮𝗹𝗲𝘀: 𝗟𝗮 𝗶𝗻𝗰𝗹𝘂𝘀𝗶𝗼́𝗻 𝘆𝗮 𝗻𝗼 𝗲𝘀 𝗼𝗽𝗰𝗶𝗼𝗻𝗮𝗹
Hoy en día, la implementación de políticas de lactancia adecuadas no es solo una cuestión de cumplir con normas, sino una obligación para asegurar un entorno de trabajo inclusivo, respetuoso y productivo. A medida que el número de madres mayores en la fuerza laboral crece, la necesidad de espacios de lactancia adecuados en el trabajo se hace aún más evidente. En este contexto, la lactancia ya no es solo un derecho de las mujeres, sino una estrategia para retener talento femenino.
La instalación de cabinas de lactancia dentro de las organizaciones ya no es una opción que las empresas puedan posponer. De hecho, muchas empresas que han interpretado correctamente esta realidad social están actuando con inversiones cruciales en la retención de talento valioso: aquellas colaboradoras con más años de experiencia, que comprenden y representan la cultura de la organización, no deben verse obligadas a elegir entre su carrera y su maternidad. Implementar espacios adecuados para la lactancia es una manera de retener a este personal clave, brindándoles el respaldo necesario para seguir contribuyendo a la organización mientras cumple con su rol de madre.
En Ecuador la norma establece que las mujeres tienen derecho a tomar un receso de 20 minutos cada dos horas durante su jornada laboral para amamantar o extraer su leche hasta los 15 meses del bebé y recesos de 20 minutos cada tres horas hasta los 24 meses del bebé.
En México, la Norma Oficial Mexicana 035 (NOM-035-STPS-2018) establece que las empresas deben proporcionar un entorno laboral libre de riesgos psicosociales, y esto incluye el derecho a la lactancia. Además, las madres tienen dos recesos de 30 minutos para amamantar a sus hijos o extraer su leche en el lugar de trabajo. Sin embargo, tanto en Ecuador como en México, las salas de lactancia aún son una excepción y no la norma en muchos sectores laborales.
𝗟𝗮 𝗻𝗲𝗰𝗲𝘀𝗶𝗱𝗮𝗱 𝗱𝗲 𝗲𝘀𝗽𝗮𝗰𝗶𝗼𝘀 𝗱𝗲 𝗹𝗮𝗰𝘁𝗮𝗻𝗰𝗶𝗮 𝗮𝗱𝗲𝗰𝘂𝗮𝗱𝗼𝘀
Los espacios de lactancia en el trabajo deben ser accesibles, cómodos y, lo más importante, privados. Las cabinas de lactancia, diseñadas específicamente para ofrecer un ambiente privado y ergonómico, se están convirtiendo en una herramienta indispensable para las madres que regresan al trabajo tras su baja por maternidad. Estos espacios no solo favorecen la lactancia, sino que también mejoran la salud de las madres y los niños, reduciendo el riesgo de enfermedades para ambos y fomentando una vinculación afectiva más sólida.
En algunos casos, como en Ecuador, a pesar de existir la ley que otorga los descansos para la lactancia, las madres aún luchan por encontrar un lugar adecuado para hacerlo. En el sector público, algunas instituciones han comenzado a instalar salas de lactancia, pero en el ámbito privado, especialmente en pequeñas y medianas empresas, esto sigue siendo un desafío.
Por otro lado, en México, algunas empresas líderes han implementado salas de lactancia, pero estas siguen siendo limitadas a grandes corporaciones. Las pequeñas empresas, por lo general, carecen de estos recursos, dejando a las trabajadoras sin el espacio adecuado para continuar con la lactancia tras el regreso al trabajo.
𝗕𝗲𝗻𝗲𝗳𝗶𝗰𝗶𝗼𝘀 𝗮 𝗹𝗮𝗿𝗴𝗼 𝗽𝗹𝗮𝘇𝗼
Implementar políticas que apoyar a las madres trabajadoras tiene un impacto positivo en toda la organización. Las madres que pueden contar con espacios adecuados para la lactancia tienden a experimentar menos estrés, mayor satisfacción en el trabajo y menos interrupciones en su carrera. Esto también reduce las tasas de ausentismo, ya que no necesitan faltar al trabajo por razones relacionadas con la lactancia, como la falta de un lugar adecuado para extraer leche o amamantar a su bebé.
Además, la creación de un entorno inclusivo y de apoyo ayuda a fortalecer la cultura laboral en general. En lugar de ver a las políticas de lactancia como un gasto o una obligación, las empresas deben percibirlas como un beneficio para todos, pues contribuyen a una atmósfera laboral en la que se valoran a las personas, se sostiene a las madres en su rol de profesionales y cuidadoras, y se promueve el bienestar integral de las familias de los colaboradores.
𝗖𝗼𝗻𝗰𝗹𝘂𝘀𝗶𝗼́𝗻: 𝗵𝗮𝗰𝗶𝗮 𝘂𝗻𝗮 𝗰𝘂𝗹𝘁𝘂𝗿𝗮 𝗱𝗲 𝗶𝗻𝗰𝗹𝘂𝘀𝗶𝗼́𝗻
La maternidad a los 40 años continúa siendo un tema rodeado de aspectos silenciados, pero la transformación social está ocurriendo. Es vital que las políticas laborales se adapten a esta realidad para no solo apoyar a las madres de todas las edades, sino también para garantizar que las organizaciones puedan retener a sus mejores talentos. La creación de lactantes y la implementación de normas de lactancia adecuadas no solo son fundamentales para el bienestar de las madres, sino que también son esenciales para el crecimiento y la sostenibilidad de las empresas, siendo una estrategia que fortalece la cultura y los resultados organizacionales.