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El camino de la maternidad está lleno de desafíos, y uno de los más significativos es la lactancia materna exclusiva. Este proceso, natural e invaluable, beneficia tanto a la madre como al bebé, pero plantea retos para las mujeres que trabajan. En este contexto, la norma de lactancia materna establece la obligación de contar con salas de lactancia en los espacios laborales, creando un entorno que respalde tanto la maternidad como el desarrollo profesional.

La importancia de una cabina de lactancia en el trabajo

Contar con un lactario o sala de lactancia va más allá de cumplir la norma de lactancia materna. Es una declaración del compromiso de las empresas hacia sus colaboradoras, enviando un mensaje claro: «Apoyamos tu desarrollo laboral sin comprometer tu rol como madre ni tu bienestar familiar».

En muchos países, las leyes exigen espacios adecuados para que las madres puedan extraer y realizar un correcto almacenamiento de leche materna. Sin embargo, este cumplimiento no debería limitarse a evitar sanciones legales. Proveer este apoyo refleja respeto hacia las necesidades vitales y permite que las mujeres puedan equilibrar su vida profesional con su maternidad, evitando tomar decisiones que afecten su vida personal o familiar, como abandonar la lactancia o posponer su deseo de formar una familia.

Los beneficios de apoyar la lactancia para las empresas
Cuando las empresas eliminan las barreras que enfrentan las madres lactantes, no solo mejoran el bienestar individual de estas colaboradoras, sino que también fomentan una cultura inclusiva y respetuosa.

Una sala de lactancia bien equipada no solo reduce el estrés de las madres, sino que también demuestra una responsabilidad social corporativa tangible. Los colaboradores perciben este esfuerzo como una señal de que la empresa valora y respalda las diferentes etapas de vida de su personal. Esto fortalece la confianza interna, mejora el clima laboral y contribuye a la retención de talento.

¿Cómo debe ser una sala de lactancia adecuada?
Para ser funcional, una sala de lactancia debe incluir ciertos elementos básicos:

Nevera y termómetro: para un seguro almacenamiento de la leche materna.
Asiento ergonómico: con apoyo para los brazos y altura ajustable.
Espacio personal e higiene: toallas y productos desechables para asegurar la limpieza.
Buena iluminación y ventilación: para crear un ambiente cómodo y relajado que facilite la extracción de leche materna.
Además, es esencial capacitar a líderes y supervisores sobre las normativas y necesidades de las madres lactantes. Este enfoque genera un entorno laboral más comprensivo, donde el apoyo se convierte en un valor compartido en la etapa, especialmente durante la hora de lactancia y sus necesidades.

La cultura de apoyo: clave para un entorno inclusivo
Un lactario no es solo un espacio físico; es una muestra de empatía y respeto hacia la maternidad como parte del ciclo de vida de una colaboradora. Las madres lactantes no deberían ser vistas como un obstáculo para la productividad, sino como parte de una dinámica laboral que debe ser respetada y respaldada.

Al adoptar esta perspectiva, las empresas no solo benefician a las madres, sino que contribuyen al bienestar social y fortalecen los lazos familiares. En el proceso, crean un impacto positivo en su cultura organizacional al promover valores inclusivos y empáticos.

Conclusión: Pequeños espacios, grandes resultados
Invertir en un módulo de lactancia es mucho más que cumplir con una ley. Es apostar por el bienestar de las colaboradoras y demostrar el compromiso social de la empresa. Estos pequeños espacios tienen un impacto significativo en el desempeño, la lealtad y el equilibrio entre vida laboral y familiar de las madres trabajadoras.

👉 ¿Listos para marcar la diferencia? Contáctanos y trabajemos juntos en la implementación de un lactario que beneficie a tus colaboradores y refleje el compromiso de tu organización.

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